Siempre es de madrugada,
Cuando te recuerdo siempre es de
madrugada,
Y no habló del tiempo medido con relojes,
Sino de ese espacio-tiempo entre el día y
la noche,
Entre el principio y el final,
Y ese espacio-tiempo bien puede ocurrir a
las tres de la tarde
O a las doce del día.
Claro, son mis lugares comunes,
Quizá nunca te enteraste que el límite de
la muerte es el que me angustia,
No la muerte, sino el antes de la muerte,
Ya lo habrás asociado: madrugada, límite,
muerte, tu recuerdo.
Todo va de la mano, incluso la angustia
Que ahora sabe cómo fluir y controlarse.
A veces creo que tú-su-la revolución va a
terminar con mi alma;
Esa alma hecha de incomprensión, palabras y
emociones terriblemente contradictorias
Quisiera decirte, de verdad quisiera,
Que soy más dura, pero no.
Soy más fuerte, lo soy
Más distante, pero no indiferente,
¿Quién puede ser indiferente ante este
mundo?
Ellos, ya sabemos quiénes son.
Quisiera contarte que sigo sin dormir,
Pero eso no me impide soñar un mundo
Y como dice Lemebel, tampoco me impide
construir un mundo:
“Porque hay derecho de soñar, pero deber
de construir”, dice la yegua.
Quisiera también decirte que esta
madrugada te recuerdo,
Quizá porque escuché una frase en alguna
canción que me hizo pensar en ti;
Lo que realmente quisiera decirte es: ya
eres como una sombra,
Las noches ya no se llenan de ti,
Ni los pensamientos, ni mis luchas, aunque
la lucha nos incluya a los dos.
No sé si es por el amor;
El amor combativo, no como eso abstracto
que intentamos construir,
No sé si sea por las bocas que he besado,
Tantas bocas desde entonces, algunas
desconocidas
Algunas intermitentes, algunas fugaces,
algunas oscuras
La fascinación por las bocas proviene de
su capacidad de decir palabras,
O callarlas, o sea, jugar con ellas.
Y esas bocas me enseñaron
Que el afecto es revolucionario,
No sólo sentirlo, sino decir que lo siento
O que no lo siento.
No creas que no valió la pena.
Pero hay que seguir caminando,
Con quienes quieren caminar,
Tu revolución casi me roba el alma,
Casi me endurece por completo.
Pero no, no creas que no valió la pena.
Aunque casi me roba la vida,
Entendida por supuesto, como esa capacidad
de sonreír y combatir,
Aun y en favor y con ayuda y pensando y
sosteniendo la tristeza,
Casi me haces creer que ser triste no
entraba en los parámetros de la revolución.
Casi me hago creer que ser yo no entraba
en los parámetros del mundo,
Ese que vamos a construir
Ya te dije.
No creas que no valió la pena.
Te tengo que contar que no eres más un
fantasma,
Ya no caminas conmigo,
Y si soy sincera, ya no recuerdo del todo
tu cara.
Pero algo me hizo entrar en la madrugada,
Quizá para contarte de los pájaros en los
que creo:
El pájaro-poesía, el pájaro-crear, el
pájaro-niños y el
Pájaro-palabrasabismo,
Me encantan los abismos y arrojarme a
ellos y después volver
Y construir un nuevo pájaro y con él
arrojarme de nuevo al abismo-sentir,
Pero ya sé que todo eso te aburre,
No sé si puedas ver mis pájaros,
No sé si ellos te miren.
Pero nada de eso importa,
Porque
después de todo
Sólo vine a decirte una cosa.
Entré en la madrugada para poder decirte,
Por fin:
Estoy lista.
Estoy lista para dejarte ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario