domingo, 5 de julio de 2015

Crónica de la vida entre literatos, literatas o mi respiración artificial


Los jueves son lo que yo denomino mi día mágico-feliz porque por 4 horas no me pasa nada o me pasa todo pero la transformación parece posible. Hablo del día en que tomo mi clase de Literatura con un profesor maravilloso y varios literatos y literatas. Llego y me siento en la esquina y los observo, siempre creí que usarían libretas únicas, con frases de escritores y plumas especiales, algo que les diera inspiración o seguridad o acompañamiento. Pero no, escriben en cualquier lado, por lo regular hojas sueltas o servilletas (en verdad usan servilletas) o pedazos de papel y escriben con cualquier pluma que encuentran, de cualquier color, lo importante es escribir, no los objetos. Pero justo ayer descubrí que hay un sólo objeto sobre el que no escriben: el libro.
Una mujer alemana nos estaba traduciendo las frases que aparecen en aquel idioma en el cuento "Canción de Cuna" de Inés Arredondo, uno de los cuentos más bellos de una de las mujeres más talentosas. Bueno, entonces la traducción, yo, como acostumbro, escribía sobre el libro, ya de por sí rayado y lleno de anotaciones, en algún punto levanté la cabeza y los vi observándome con extrañamiento, entonces miré sus libros limpios, impecables, pues sus traducciones las hacían sobre las hojas. ¡Ah! Pero los libros, pero los libros, pero los libros se rayan ¿no?, se maltratan ¿no?
-"El contacto con el otro es siempre una lucha, un contacto de soledades, reconocer tu soledad y la mía y aceptar el no-contacto, la imposibilidad, la incomunicabilidad... lo que no se puede tocar"
Cuando escuché la frase lo entendí, mi contacto con los otros, aquellos a quienes elijo acercarme o de quienes acepto su acercamiento suele terminar así, en la incomunicabilidad, en el no entendimiento...sí, es siempre una lucha, un fracaso. Pero mi contacto con los libros es otro, absolutamente otro, por eso rayarlos, por eso escribir sobre ellos, por eso la compañía, por eso los colores y las historias sobre las historias, porque quizá es mi forma de entender el contacto silencioso y hasta cercano... no sé, todo es parte de mi respiración fabricada, de mi respiración artificial...No sé.
Los jueves, ¡ah!, los jueves.

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