domingo, 5 de julio de 2015

En el planeta Pizarnik

Los y las habitantes del planeta Pizarnik despertaron una mañana con un hueco en el estómago. No se lo tomaron demasiado mal, después de todo era un espacio (o un no espacio) para colocar cosas: el café, los libros, las postales perdidas y el llanto. Porque en el plantea Pizarnik se llora mucho, se llora todo el día.
Los y las habitantes del planeta Pizarnik inventaron formas diversas de llorar: las tardes de lluvia, por ejemplo, abren la ventana, dejan que la lluvia entre, y cuando ya la casa está bastante mojada, y el frío es insoportable y doloroso, solo entonces se ponen a llorar. A llorar la lluvia, los días, las horas, las gotas. Los días de sol en cambio, basta con sacarse los zapatos para ponerse a llorar.
-Che, el trabajo te tiene loca.


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